Las particularidades del clima en la capital chilena tuvieron en jaque a los menos previsores. La nostalgia por el final que se acerca, la visita de un prócer y los autos asiáticos.
Por Marcelo Solari
SANTIAGO DE CHILE.- Luego de atravesar en las últimas 24 horas todas las posibles variantes climáticas aquí en Santiago de Chile, inmediatamente vino a la cabeza lo difícil que es planificar algo en Mar del Plata a causa de las cambiantes condiciones meteorológicas.
Ya se habia dado cuenta en un material anterior de la considerable amplitud térmica como rasgo saliente del clima en la capital trasandina. Al menos, en esta época del año. Con todo, se podía decir que el pronóstico era menos imprevisible. Pero sin dudas, a la luz de la acontecido, es igualmente igualmente impredecible.
El jueves -como casi todos los días desde el inicio de los Juegos- amaneció frío aunque completamente despejado. Con el avance de la mañana aumentó la temperatura y todo parecía mejorar. Hasta que de pronto, cual feroz sudestada marplatense, el viento aumentó su intensidad, el cielo se oscureció muy rápido y la temperatura descendió abruptamente.
Dentro del MCP (el Centro Principal de Prensa), una gigantesca carpa pero sin cerramiento en las uniones, el frío se hacía intolerable. Todos los periodistas que tenían abrigo para el exterior, debieron utilizarlos adentro, mientras afuera llovía. Y no sólo eso. En las zonas altas de Las Condes, por ejemplo, se registraron nevadas. ¡En plena primavera!
Lo más curioso es que por la tarde volvió a asomar el sol y hasta podría decirse que estaba agradable. Para completar, después de la nieve, el viernes se registró el mejor día climático desde que arrancaron los Panamericanos. Casi 28 grados y pleno sol para que los escenarios se colmaran de público y el contexto le dieron aún más brillo a una buena jornada deportiva para la delegación argentina.
El prócer del periodismo chileno, Pedro Carcuro, visitó el MPC junto a Jaime Pizarro.
A propósito del MPC, ese mismo jueves, antes de la tormenta, la prensa acreditada recibió una inesperada y agradable visita: el maestro Pedro Carcuro, nave insignia del periodismo deportivo chileno. A sus 78 años, continúa liderando el equipo de deportes de TVN (Televisión Nacional de Chile). En Argentina aprendimos a conocerlo y apreciarlo a través del fantástico envío Zoom Deportivo, que conducía junto al recordado Sergio Livingstone. Carcuro llegó acompañado por el exfutbolista del seleccionado trasandino, Jaime Pizarro, actual ministro de Deportes chileno.
Por lo demás, comienza a surgir la nostalgia por unos Juegos Panamericanos que van llegando a su fin y, con ello, la despedida de los colegas de distintos países que inician el operativo retorno. Contactos nuevos, intercambio de experiencias, aprendizajes y un denominador común: a pesar de las almohadas de pluma y otros ítems de las confortables habitaciones de los hoteles/departamentos, todos -en mayor medida- empiezan a exrañar el hogar. Aún con el colchón medio hundido y los avatares diarios. Al fin y al cabo, nada hay que nos haga sentir más cómodos que nuestra propia casa.
Mientras tanto, los centros comerciales y grandes tiendas de Santiago atraviesan la transición entre Halloween y los adornos navideños. Ya se ha establecido la gran influencia de costumbres estadonidenses insertadas en la sociedad chilena. Y la cultura de “salir de shopping” sin dudas es una de ellas. Siempre con la imponencia de la Cordillera como testigo.
El Costanera Center es el centro comercial más grande de Chile.
Por otro lado, su ubicación geográfica, de cara al océano Pacífico, le abre a esta nación un panorama comercial muy diferente al de Argentina. Hay un caudal importante de intercambio con productos de Perú, con la coste oeste de Estados Unidos y, muy especialmente, con los países asiáticos.
De hecho, como Chile no forma parte del Mercosur sino sólo como país asociado (no es miembre pleno), si se presta atención en la vía pública, el 80% -o más- de los autos proceden de Japón, Corea y China. Desde las marcas más conocidas y líderes hasta las no tanto. Y por el contrario, casi no se ven vehículos “made in Mercosur”, como sí ocurre en Argentina y Brasil, especialmente.